Más defunciones que partos

La caída de la natalidad y el envejecimiento de la población tienen a los demógrafos calculando cuándo habrá más defunciones que nacimientos. Las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), dicen que si se mantienen las tendencias demográficas actuales sucederá en 2017. Se trata de un hecho muy singular.
A partir de 2017, el aumento de la población quedará exclusivamenteen manos del saldo migratorio, un fenómeno muy variable y mucho más impredictible que las tendencias de natalidad y mortalidad.
La caída de población dejará de ser un fenómeno limitado básicamente a zonas rurales o en desarrollo, sino que se generalizará. Solo las ciudades de Ceuta y Melilla crecerán en número de habitantes.El estudio del INE también prevé que España pierda en los próximos 10 años 2,6 millones de habitantes.
La evolución de la población de un país depende de tres variables: los nacimientos (que suman habitantes), los fallecimientos (que restan) y los movimientos migratorios (que pueden sumar o restar). Y todas estas variables juegan a favor de un descenso de población.
Sin embargo, el saldo migratorio, es lo más impredecible de todas las estimaciones demográficas. De los 2,6 millones de pérdida de población que plantea el estudio del INE hasta 2023, 2,5 millones vendrían ligados al saldo negativo del intercambio de población con el extranjero. Para llegar a esta conclusión, el informe plantea la hipótesis de que, durante la próxima década, el movimiento de personas que entran del país se mantendrá estable y las salidas crecerán con la intensidad observada este año. Es decir, que por cada dos inmigrantes que partan habrá un emigrante que llegue.
Esta tendencia se debe a varios factores. Por un lado, a la reducción del número de mujeres en edad fértil, y que las personas que emigran suelen ser gente en edad fértil.La predicción demográfica del INE vaticina que el número de partos seguirá reduciéndose en los próximos años. Por otro lado se suma el descenso de niños por mujer. Esto es debido a causas como la crisis económica actual, la necesidad de trabajar fuera de casa o la caída de las ayudas sociales (por ejemplo escuelas infantiles).
A la vez que bajará el número de nacimientos, la proyección del INE recoge que seguirá incrementándose la esperanza de vida hasta alcanzar en 2022 los 87 años entre las mujeres y 81,8 años en hombres. Se intensificará el envejecimiento de la población, un proceso en el que también colaborará el saldo migratorio negativo y la partida de generaciones jóvenes. Y aumentará el número de defunciones. En 2022 habrá 411.617 fallecimientos entre los residentes en España, por los 403.785 del año pasado. Y frente a los 339.805 alumbramientos previstos. Es entonces cuando se alcanzará la máxima diferencia entre nacimientos y muertes: 71.812.
EL PAÍS: 22/11/2014











